Hasta el 31 de octubre se pone en marcha una campaña que promueve la instalación de diferentes dispositivos. A través de repartidores de costes y contadores individuales, el usuario regulará el uso de su calefacción individualmente y pagará proporcionalmente a su consumo real.

La campaña se desarrollará hasta el 31 de octubre de 2016, y participarán los principales fabricantes de contadores individualizados, repartidores de costes, la Asociación de empresas instaladoras y mantenedoras, Instagi, y cuenta con el apoyo del Departamento de Desarrollo Económico y Competitividad del Gobierno vasco. Con esta iniciativa se pretende acercar a la ciudadanía, las ventajas de la instalación de contadores de costes y también se ha organizado una conferencia específica, dirigida a profesionales del sector, acerca de las características de instalación y lectura de estos dispositivos.

Todo esto viene dado por una nueva normativa europea, que aunque de momento no está en vigor, esta nueva Directiva de Eficiencia Energética exigirá a los países comunitarios instalar, en edificios dotados con sistemas de calefacción centralizados, elementos de medición individual para todas las energías, incluidas agua caliente, calefacción y frío.

De acuerdo con el Estudio de la Implantación de Sistemas Repartidores de Costes de Calefacción en Edificios, los repartidores de costes de calefacción permiten ahorrar una media de 25% de consumo de calefacción en las viviendas de edificios con calefacción central. Además, sus conclusiones indican que la medición individual de calefacción permitiría una reducción de 224€/año de ahorro por familia española media, además de la disminución de un total de 2,4 millones de toneladas de CO2 al año.

Por tanto, aunque no sea obligatorio desde el punto de vista normativo a día de hoy, en edificios existentes con instalaciones de calefacción centralizada es muy aconsejable la instalación de repartidores de costes junto con válvulas termostáticas en los radiadores, puesto que es una medida de gran racionalidad técnica y rentabilidad económica.

La actuación sobre las instalaciones de calefacción centralizadas para dotarlas de sistemas que permitan el reparto de costes entre sus usuarios (contadores o repartidores de costes) no incide de manera directa sobre la instalación ni mejora su eficiencia energética, pero sí modifica la manera en la que los usuarios la utilizan. Es decir, es una medida que fomenta el ahorro de energía por los usuarios.

El primer principio para conseguir un uso racional de la energía, es que cada usuario asuma el coste de su consumo. De este modo, cuando una instalación térmica se dota de dichos contadores o repartidores de costes que permiten distribuir los gastos de su utilización, de acuerdo con el gasto que se registre por cada usuario, se está ofreciendo el derecho a pagar en función del uso que se hace de la instalación.

Así, aquellos usuarios que gasten menos energía en calefacción, tanto por su régimen de actividad (ej.: cierre de radiadores en habitaciones sin uso o ausencias prolongadas), como por las características de su vivienda o local (ej.: pisos intermedios orientados al sur) o por las mejoras que hayan introducido (ej.: ventanas con buen aislamiento) pagarán menos proporcionalmente por los gastos de calefacción.

La solución ideal para repartir gastos sería dotar a cada usuario, si fuera posible, de un contador de energía, pues es el dispositivo que contabiliza de manera exacta la energía que consume cada vecino, siendo ese el dato que se emplea directamente en la facturación o el reparto de costes.

Sin embargo, en edificios existentes que, en muchos casos, tienen la distribución del agua de calefacción por columnas (verticales) no es viable que cada usuario tenga un único contador, por lo que la solución más adecuada es utilizar repartidores de costes montados sobre los radiadores. Estos dispositivos, que no modifican la instalación de calefacción ni requieren obras para su montaje, estiman la energía que cede cada radiador, de manera que al disponer todos los vecinos del mismo sistema, teniendo en cuenta esas lecturas, se pueden repartir proporcionalmente los gastos de calefacción entre cada uno de ellos.

Existen diferentes modelos de gestión de la lectura, reparto de gastos y facturación de las instalaciones de calefacción que cuentan con estos sistemas, de manera que en cada edificio se puede optar por el que más se ajuste a sus necesidades, definiendo cuestiones como: compra o alquiler de los equipos de medida y/o del sistema de lecturas; frecuencia de lecturas (diaria, semanal, mensual, bimestral, una por temporada, etc.); frecuencia de facturación (mensual, bimestral; cuota fija con regularización anual, etc.); facturación con medios propios o subcontratados.

Se sugiere que la petición de ofertas se lleve a cabo fijando previamente algunos de estos criterios para que dichas ofertas sean comparables.

FUENTE: CADENA SER

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