Instalando una caldera de condensación. Tan solo sustituyendo una caldera con rendimiento poco eficiente por una caldera de condensación nos puede permitir ahorrar 200 € al año, con lo que la inversión realizada al instalar una caldera de condensación se amortiza rápidamente.

Las calderas de condensación son de las más eficientes ya que aprovechan el calor del vapor de agua contenido en los humos que se generan en la combustión. Por ello necesitan menos combustible y además son las que menos contaminan al producir menos emisiones de CO2 y NOX.

Con las calderas de condensación es posible alcanzar rendimientos estacionales de hasta el 109% frente al 80% de las calderas estándar o el 96% de las de baja temperatura.

Sustituyendo una caldera convencional por una de condensación nos garantizamos un notable ahorro energético y económico, además de obtener el máximo confort.

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