A pesar de que la primavera se asocia con el buen tiempo, las primeras semanas de esta estación las temperaturas todavía pueden ser bajas. Ya lejos de los rigores del invierno, todavía se busca la temperatura ideal de calefacción para obtener el confort en el hogar o puesto de trabajo.

Teniendo en cuenta que esta primavera de 2017 durará  92 días y 18 horas, y terminará el 21 de junio con el comienzo del verano, y que es una estación en la que los cambios térmicos pueden producirse en un corto periodo de tiempo, conviene tener en cuenta algunas recomendaciones.

  • Mantener una temperatura de calefacción adecuada

Por cada grado centígrado que aumentamos la temperatura de calefacción, se incrementa el consumo de energía aproximadamente un 7%. Hacer un uso racional de la calefacción durante la época más fría de primavera es fundamental para ahorrar energía ya que se estima que las instalaciones de calefacción y agua caliente sanitaria suponen alrededor del 67% del consumo energético de los hogares españoles.

  • Confort “a gusto de todos”

La sensación de confort es, en cierta medida, subjetiva. Sin embargo, desde el IDAE recuerdan que una temperatura entre 19 y 21 grados centígrados es suficiente para la mayoría de personas. Además, por la noche, en los dormitorios basta con tener una temperatura de 15 a 17 grados centígrados  para que las personas se sientan cómodas.

  • Termostatos inteligentes para regular la temperatura

Gracias a los termostatos inteligentes es posible hoy en día gestionar los sistemas de calefacción durante los días más fríos de primavera desde un dispositivo portátil (Smartphone, tablet…) a distancia.

Por ejemplo, estos termostatos permiten al usuario asegurarse de que ha apagado la calefacción (y de no ser así, apagarla a distancia), o de programar el encendido de calefacción antes de llegar a casa, para encontrársela a la temperatura que desee. En una época de cambios térmicos tan acusados todo esto supone una gran ventaja.

  • ¡Que entre la luz!

En primavera aumentan las horas de luz solar. Entonces, ¿por qué no subir las persianas y descorrer las cortinas para aprovechar este recurso natural? Además de depender menos de la iluminación artificial, los rayos solares contribuyen a calentar los espacios. En ocasiones, esta medida puede ser suficiente para calentar las estancias sin tener que encender la calefacción.

FUENTE: REMICA

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