¿Alguna vez has abierto el grifo y, por más que esperas, el agua caliente nunca llega? Es fácil que cunda el pánico en estas situaciones, pero hoy te explicamos qué debes hacer cuando la caldera no arranca. Aunque no lo creas, en muchos casos este tipo de problemas se pueden solucionar de manera muy sencilla.  

Sigue leyendo para conocer las causas más comunes y cómo solucionarlas. 

¿Por qué la caldera no arranca al abrir el grifo? 

Si tu caldera no arranca al abrir el agua caliente puede ser por varios motivos. A continuación, te detallamos los más comunes: 

La presión de la caldera es baja 

Uno de los problemas más frecuentes por los que la caldera no arranca es debido a fallos en la presión de agua. 

Cuando la presión baja por debajo del nivel recomendado, que normalmente se encuentra entre 1 y 1,5 bares, la caldera no puede iniciar su funcionamiento correctamente. 

Muchas calderas indican el rango de presión recomendado con unas líneas en verde marcadas en el manómetro, las más modernas incluso pueden mostrar el aviso en formato digital. 

Solución: 

Comprueba la presión en el manómetro: Suele estar en la parte frontal de la caldera y muestra el nivel de presión. 

Rellena el sistema de calefacción:  

  • Busca la llave de llenado (normalmente es una pequeña válvula debajo de la caldera). 
  • Gira la llave lentamente para permitir que entre agua en el sistema. 

Ajusta la presión: Cuando el manómetro indique un nivel entre 1 y 1,5 bares, cierra la válvula de llenado para evitar que la presión sea demasiado alta. 

Falta de suministro de gas 

Las calderas de gas dependen de un suministro constante para funcionar correctamente. Si no hay gas disponible o la válvula de gas está cerrada, la caldera no podrá generar agua caliente. 

Solución:

Asegúrate de que la válvula de gas esté abierta y de que no haya problemas con el suministro. Si el gas está desconectado o hay una interrupción en el servicio, lo mejor es contactar con el proveedor para solucionar el problema.  

Mal funcionamiento del termostato 

El termostato controla la temperatura del agua en la caldera. Si el termostato está defectuoso o desajustado, puede impedir que la caldera arranque. Esto puede suceder si el termostato no detecta correctamente la demanda de agua caliente. 

Solución:

Comprueba que el termostato esté bien configurado a la temperatura que deseas y que tiene pilas. Si sigue sin funcionar correctamente, puede que sea necesario reemplazarlo o llamar al servicio técnico. 

Aire en el sistema o fugas de agua 

La presencia de aire en las tuberías o una fuga de agua en el sistema pueden dificultar que la caldera arranque. El aire atrapado en el sistema de calefacción puede generar problemas con la presión, mientras que las fugas de agua pueden afectar el rendimiento del equipo. 

Solución:

Revisa el sistema en busca de posibles fugas o pérdidas de agua. Si encuentras alguna fuga, es necesario repararla lo antes posible. Además, si sospechas que hay aire en el sistema, purgar los radiadores puede ayudar a resolver el problema. 

Fallo en la válvula de tres vías o válvula de seguridad 

En algunos casos, el problema puede estar relacionado con una válvula defectuosa, como la válvula de tres vías o la válvula de seguridad, que impide que el agua fluya correctamente a través del sistema. 

Solución:

Si se identifica un problema con las válvulas, lo más adecuado es contactar con un profesional que pueda reparar o sustituir las piezas defectuosas. 

¿Cuándo debería llamar a un profesional? 

Si después de realizar los pasos anteriores tu caldera no arranca, lo más recomendable es contactar con un técnico especialista. Algunas averías pueden ser complejas y requieren conocimientos técnicos específicos para su diagnóstico y reparación. 

Consejos para evitar futuros problemas con la caldera 

Aunque algunos problemas con la caldera son inevitables, existen prácticas de mantenimiento preventivo que pueden ayudarte a evitar futuros inconvenientes: 

  1. Revisión anual de la caldera: Es importante que un técnico especializado revise tu caldera al menos una vez al año. Esto ayudará a detectar cualquier fallo antes de que se convierta en un problema mayor. 
  2. Comprobación regular de la presión: Controla periódicamente la presión de la caldera para asegurarte de que se mantiene en los niveles adecuados y así evitar inconvenientes. 
  3. Purgar los radiadores: Si tienes calefacción central, purgar los radiadores de forma regular eliminará el aire atrapado, mejorando el rendimiento de la caldera. 
  4. Mantén el sistema libre de obstrucciones: Evita que las válvulas o los filtros se obstruyan con suciedad o cal, ya que esto puede afectar el funcionamiento general de la caldera. 

Conclusión 

En la mayoría de los casos, cuando una caldera no arranca al abrir el grifo, el problema suele ser fácil de solucionar. Si después de revisar las causas más comunes la caldera sigue sin arrancar, lo mejor es contactar con el servicio técnico oficial de la marca o el servicio autorizado correspondiente.

Si tienes una caldera de alguna de nuestras marcas y necesitas asistencia técnica, no dudes en contactarnos. Estaremos encantados de ayudarte a resolver cualquier problema.

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