“Todo lo que sea ayudar a los que lo necesitan es siempre una experiencia muy gratificante”. Con estas palabras, Daniel Martínez valora su experiencia dentro del voluntariado energético de Gas Natural Fenosa, con el que sus trabajadores pueden involucrarse con aquellas personas en situación de vulnerabilidad. “Les damos una atención diferente, teniendo en cuenta que las necesidades de este colectivo son distintas de las del resto de clientes”.

En sus casi 20 años en la empresa, Daniel Martínez ha ido desplegando sus funciones en diferentes departamentos. Ahora, en el de planificación y en la oficina técnica de atención al cliente, es donde conoce los problemas diarios de aquellos con dificultades económicas. “Se tiene que tener una visión diferente para este colectivo, por eso estudiamos sus casos y les asesoramos para que reduzcan su consumo, explicándoles los tipos de tarifa o productos que existen y si se adaptan a sus necesidades”.

Y es que, a día de hoy, el número de hogares que no reciben la cantidad adecuada de energía es, según datos de la Organización de las Naciones Unidas, 1.200 millones de personas, un 17% de la población mundial. En España, por ejemplo, un 11% de los hogares no disfruta de una temperatura adecuada en invierno.

Ante estas cifras, Gas Natural Fenosa lanzó en enero un Plan de Vulnerabilidad con 20 medidas, entre las que se encuentra el voluntariado energético en el que participa Daniel. “El voluntariado busca trabajar en toda España con entidades del tercer sector y que dispongan de proyectos o iniciativas relacionadas con la pobreza energética. Conocen el día a día y la realidad de las familias y es aquí donde podemos prestar nuestra ayuda”, explica el director general de la Fundación Gas Natural Fenosa, Martí Solà.

De momento, tal y como relata Solà, la iniciativa ha empezado con un proyecto piloto con 10 voluntarios, pero logrando un resultado tan satisfactorio que permitirá que se extienda a todo el territorio nacional. Sólo hace falta que los trabajadores que quieran ayudar asistan previamente a la Escuela de Energía Social de la compañía. Allí podrán adquirir conocimientos específicos de facturación, eficiencia energética o vulnerabilidad.

“Cuando ves el problema más directamente eres consciente de lo que hay”, afirma Yolanda Ávila, que también participa en el voluntariado. Entre otras funciones, su labor dentro de la empresa se centra en gestionar las reclamaciones que llegan por escrito. Desde un primer momento tuvo claro que quería implicarse en el proyecto.

“El voluntariado busca trabajar en toda España con entidades del tercer sector y que dispongan de proyectos o iniciativas relacionadas con la pobreza energética”.

“Tratamos con gente que está pasando por momentos difíciles. Les damos información, pero también trabajamos para agilizar temas y darles una solución. A la Fundación se dirigen personas con pocos recursos, que no es que no quieran pagar, sino que no pueden hacerlo”, explica Yolanda.

En relación al trabajo con las entidades sociales, éste juega un papel muy importante en el desarrollo del voluntariado. Esto es así porque los trabajadores sociales están en contacto directo con las personas que necesitan ayuda, pero no siempre tienen los conocimientos energéticos para atender sus dudas. Los voluntarios trabajan conjuntamente con ellos para hacer un seguimiento de los casos y buscar la mejor solución para cada uno de ellos.

La iniciativa ha empezado con un proyecto piloto con 10 voluntarios, pero logrando un resultado muy satisfactorio.

Aún así, la labor de los voluntarios no sólo se limita a ofrecer información y tramitar problemas. También trabajan en un terreno más práctico para entregar kits de eficiencia energética con instrumentos que sirvan para reducir el gasto. En definitiva, un voluntariado con diferentes enfoques que pone de relieve el compromiso de la compañía con la vertiente más social de su trabajo.

Esta sinergia entre la actividad de la empresa y la ayuda a la comunidad es el aspecto que destaca Anna Martínez, quien afirma que “el voluntariado nos sirve para unir dos realidades: por un lado, trabajamos día a día en una empresa con unos objetivos; pero a la vez estamos muy comprometidos con la parte social. El hecho de conocer la realidad de las familias después te ayuda a la hora de realizar tu trabajo, para poderte poner en el lugar del otro”.

La compañía ya disponía de voluntariados en temas sociales y medioambientales, pero con el energético se ha abierto las puertas a ofrecer apoyo en un ámbito diferente. Según Josep Codorniu, director de Servicio al Cliente de Gas Natural Fenosa, “somos conscientes que la lucha contra la pobreza y contra la energía, especialmente, necesita la ayuda de las empresas así como la colaboración de todo el mundo, incluido las Administraciones y la sociedad”.

Con todo, el voluntariado ya ha satisfecho las necesidades de diferentes personas que han encontrado en Gas Natural Fenosa una vía directa y cercana para solucionar sus problemas energéticos. Y es que Daniel confiesa que “cuando me ofrecieron la oportunidad de ser voluntario dije enseguida que sí, porque no es lo mismo ayudar desde la oficina que colaborar in situ, conociendo la situación de cada persona”.

FUENTE: LA VANGUARDIA

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